dissabte, 22 de novembre del 2025

Plenilunio

Lluna plena 
A la Vall d'en Bas

Creieu o no en la influència de la lluna, aquest relat, que en el seu moment es va portar al cinema, segur que us encantarà.
No puc ni remotament fer un resum sense copsar tota la intenció i la riquesa de llenguatge que conté el llibre, així que em limitaré a recollir algunes frases que m'han semblat més colpidores o amb més intenció.....

El resum superficial de la història és potser senzill de fer: Un inspector, procedent del País Basc on ha estat amenaçat de mort, arriba a una petita ciutat de províncies per investigar un crim i un intent frustrat, ambdós casos amb nenes com a víctimes, que ha succeït mentre la lluna es trobava en Pleniluni. Està casat, i ara, la seva dona, presa d'un estat nerviós intens, està hospitalitzada. 

Però el que hi conté el relat és molt més, i més interessant.

Ara entrem en matèria, coneixent a l'inspector:
El inspector buscaba la mirada de alguien que había visto algo demasiado monstruoso para ser suavizado o desdibujado por el olvido, unos ojos en los que tenía que perdurar algún rasgo o alguna consecuencia del crimen, unas pupilas en las que pudiera descubrirse la culpa sin vacilación, tan solo escrutándolas, igual que reconocen los médicos los signos de una enfermedad acercándoles una linterna diminuta. 
(...)
Tenía que encontrar la cara de un desconocido para castigarlo porque había matado y para impedir que volviera a matar, pero quería encontrarla sobre todo para mirarlo a los ojos y concederse durante unos segundos o minutos un arrebato de amenaza, para atrapar a ese individuo por las solapas o por el cuello de la camisa y mirarlo al fondo de los ojos desde muy cerca y golpearle la cabeza contra la pared, para que se muriera de miedo, para que se meara, como se meaban tantos años atrás en las comisarías los estudiantes, los detenidos políticos.

Un paper rellevant el trobem en "El Padre Orduña" antic conegut de l'inspector quan, de petit va ser dut a la residència de la que era director i responsable total aquest sacerdot:
El padre Orduña, que era indiferente a las comodidades, lo era más todavía a la decoración. (…) Despojada de todo, su pequeña vivienda, tan angosta como un piso en una barriada obrera, tenia algo de museo involuntario de otro tiempo.
(...)
Ahora no lo visitaba casi nadie, y sus únicos contactos regulares con el mundo exterior eran las confesiones a las que seguía dedicando una parte de la mañana, después de su misa, la primera del día, a las siete y media.
(...)
Entonces a nadie se le ocurría pensar que un cura fuera rojo. (…) Queríamos enseñarles oficios dignos a los hijos de los pobres, y durante años lo hicimos, en la medida de nuestras fuerzas.
(...)
-Algo tenemos tú y yo en común, y es que a mi también me llamaron traidor -en la voz del padre Orduña volvía a haber una entonación de ternura-. 

I no hi pot mancar la referència a la primera nena que va morir a mans de l'assassí:
Qué habría visto su asesino mientras la sofocaba, qué recuerdo llevará ahora mismo en su conciencia, a cualquier parte donde vaya, tal vez incluso en sueños, qué estará sintiendo la niña al final.
(...)
Cada cual con su secreto escondido en el alma, royéndole el corazón, inaccesible siempre, no sólo para los desconocidos, sino para quienes están más cerca.
(...)
Fátima era una ausencia más que un recuerdo.
(...)
Era la mesa en la que había estado sentada desde el principio de curso.
(...)
Si no hubiera tenido que ir a la papelería a comprar la cartulina azul y los lápices de colores, si su padre no la hubiese dejado, si su madre, que al irse de compras le había preguntado si quería acompañarla, hubiera insistido un poco más… 

No podem oblidar que l'inspector viu sota l'amenaça de mort feta pel grup terrorista, i que per precaució, s'ha vist obligat a abandonar el País Basc i a viure adoptant estrictes mesures de seguretat:
Un día el inspector vio su propia cara en el telediario.  
(...)
Vio su propia cara en la pantalla del televisor, pero la imagen no duró más de un segundo, y en cualquier caso ésa fue la última vez que hubo referencias a la muerte de la niña en el telediario.

I com no tot ha de ser forçosament intriga, també hi ha una escletxa per l'amor, o el desig, o la passió..., i és que hi ha una mestra, soltera i mare, entregada a la seva feina, però encara desitjable i desitjosa:
Se había dado a sí misma un plazo inapelable, una tregua que ya no renovaría más, como había hecho otras veces, tantos años. 
(...)
Se había prometido o exigido a sí misma que aquél sería su último curso en la ciudad.
(...)
Hubiera querido casarse, si no de largo, al menos sí de blanco, con falda corta, tacones altos y medias de seda, y en el fondo de sí misma no le habría importado casarse por la iglesia.
(...)
Ahora, a los treinta y siete años, descubría cosas de sí misma que habían afectado mucho su vida sin que ella las hubiera comprendido o aceptado, y muchas veces ni siquiera percibido.

Però paga la pena que ens detinguem en l'acurat retrat que l'autor ens fa de l'assassí:
Su vida entera, su conciencia, su voluntad, se resumían ya en una sola interrogación, inmóvil y fanática.
 (…) 
Prefería no saber mucho más de sí mismo.
(...)
Él puede decir, en el secreto de su impunidad, “Yo sé quién soy”, él sabe que ha raptado y ha matado, y tal vez piensa o sabe también que esa íntima confesión no contiene ningún peligro, sabe que no hay testigos, salvo una mujer que no es capaz de recordar su cara, tan sólo la sangre que le brotaba de la mano izquierda y que él se chupaba.
(...)
Siempre encerrándose, como a los doce años, en la oscuridad y debajo de las mantas y procurando no hacer ruido con los muelles del somier.

La descripció segueix, inclou matisos i petits detalls que aporten més i més motius de rebuig, mai de commiseració, vers el personatge:
Traga saliva, ha apretado demasiado los dientes y ahora al sabor de la saliva y del anís desleído en ella se mezcla el de la sangre, igual que se le mezcla la intensidad del recuerdo.
(...)
Pero nadie lo sabe, parece mentira, da risa, todos buscando, los periodistas y los policías, todos esos gilipollas venidos de Madrid y de Sevilla y dicen que hasta del extranjero, acampados en la plaza, debajo de la estatua.
(...)
Así que mejor lavarlo todo, se lava y se estrena, como decía el anuncio (…) y luego no queda ningún olor, entra uno en la ducha a las dos de la madrugada.
(...)
Pero esa noche no era igual que todas, y no sólo por lo que él sabía y no sabe nadie más en el mundo. 




Lluna plena
A la Vall d'en Bas


“Fue por culpa de la luna”, dijo, todavía con la cara tapada, los dedos velándola como una celosía, “me emborrachaba y la luna me hacía pensar cosas raras”. 
(…) 
Salió de la furgoneta, parcialmente ajeno a sus actos, casi viéndose desde fuera, una parte de él inmóvil o pasiva y la otra avanzando…
(...)
Quieto, dijo una voz, no te muevas, no des ni un paso, y de la luz amarilla de las linternas emergió una pistola. Echó a un lado la cara, cerró los ojos y levantó lentamente las manos, aunque nadie se lo había ordenado.
(...)
“Yo no fui. Fueron mis manos, fue mi cuerpo, pero yo no. Fue el demonio. El Enemigo. Él se había apoderado de mí. Léalo en el Libro. Aquí viene explicado todo. Yo soy inocente…” 

Però, aquest no és ben bé el final...


Plenilunio
Antonio Muñoz Molina
429 páginas

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