dilluns, 11 de febrer del 2019

Vides minúscules




Amb un lleuger fil conductor per part del protagonista, a "Vidas minúsculas" en  Pierre Michon ens parla de diferents vides que, com el nom indica poden semblar petites o intranscendents, però que cada una d'elles i en conjunt adquireixen una importància substancial en la seva vida, i d'alguna de les quals en faig només una petita menció, segons el que, per alguna raó totalment subjectiva, m'han semblat  més interessants. En general són vides dissortades:

Vida de André Dufourneau:
En André arriba a la vida de la família per la necessitat de trobar ajuda per les dures feines del camp. Podia haver estat, com en altres casos d'aquestes adopcions interessades , una vida complicada i dissortada, però gràcies a l'avia va poder gaudir d'una mínima educació que li va permetre evolucionar i tractar de forjar-se un futur lliure:

Los padres de mi abuela habían solicitado que la asistencia pública les confiara a un huérfano para ayudarlos en los trabajos de la granja. Les enviaron a André Dufourneau. 
(...)
Ella le enseña a leer, a escribir.
(...) 
André Dufourneau, orgullosamente plantado frente a una hucha, (…) “Volveré de allí rico, o moriré”. (...)
No consiguió lo que quería
(...)
Sólo fue rico en oro, y de eso murió. 

Vida de Antoine Peluchet
En aquest cas, el nostre narrador/protagonista, ens parla de la seva àvia i la seva particular capsa dels tresors, que no contenia més que alguna quincalla que ella, amb la seva presentació convertia en quelcom molt especial. És així que ens parla de les relíquies de'n Peluchet:

En Mourioux, en mi infancia, a veces mi abuela, para divertirme cuando estaba enfermo o tan solo inquieto, iba a buscar los Tesoros. (…) dos cajas de hojalata llenas de abolladuras que antaño habían contenido galletas (…) Mi abuela sacaba de ellas objetos llamados preciosos y su historia. 
(...)
Los Peluchet desparecieron junto con el siglo pasado (…) La reliquia es una pequeña Virgen con niño de porcelana, soberanamente inexpresiva bajo un estuche de vidrio y seda.
(...)
La reliquia ayudaba a las mujeres en su trabajo de parto, cuando el nombre con grandes gritos se perpetúa.


Vida de Eugéne y de Clara:
Ja hem parlat de la Clara, l'extravagant avia, però ara coneixerem també l'Eugène l'avi del protagonista no gens menys extravagant, que en aquesta "Vida" ens els descriu detalladament amb un deix d'e crítica, però també d'admiració:

Clara, mi abuela, mujer alta y demacrada de mejillas hundidas, imagen de la muerte inquieta, resignada pero ardiente (…) yo temía la agudeza de los grandes ojos muy azules, dolorosamente bonitos., que se fijaban detenidamente en mí. 
(...)
El viejo era sentimental mientras que no me sorprendía ver a Clara frecuentemente al borde de las lágrimas. 
(...)
Cuando los dos miserables viejos regresaban a su automóvil, viejo y absurdo como ellos, yo no sabía a quién se dirigían mi pena y mi compasión.

Vidas de los hermanos Bakroot:
Companys d'institut i també d'una època on l'adolescència pràcticament en reclusió, resultava especialment complicada:

Los hermanos Bakroot eran retoños perdidos extraviados de una especie de locura medieval terrosa (…) Remi, el menor, estaba en mi clase. Era alegremente insociable. 
(...)
Roland era completamente distinto, y sin embargo tan semejante, cierto es que tampoco era razonable, pero su desatino no tenía nada del brío descarado, de la chunga algo taciturna, chiflada, que en Remi forzaba la admiración de los chicos

Vida del tío Foucault:
Un curós personatge que abans d'admetre el seu analfabetisme, prefereix restar internat en un hospital on  no li poden oferir ni la més mínima esperança per la seva malaltia terminal:

Se llamaba Foucault, y las enfermeras, con la familiaridad indiscreta, condescendiente (…) lo llamaban “el tío Foucault” (…) Nunca supe su nombre de pila. (…) tenía la intención de permanecer allí, sentado, dando la espalda a su muerte que se recogía en los rincones oscuros, frente a los grandes árboles claros.
(...)
Había quedado viudo muy joven, y no tenia hijos. 

Vida de la pequeña muerta:
Especialment colpidor aquest episodi, on rememora la curta existència d'una germana:

De niño supe que otros niños morían; pero esos no se me habían adelantado en un despegue magistral, no eran sólo leyenda, había estado junto a ellos y sabia que estábamos hechos de la misma pasta: dudaba que se convirtieran, como me aseguraban, en ángeles de pleno derecho.
(...)
Mi hermana nació en 1941, creo que, en otoño, en Marsac, donde trabajaban mi padre y mi madre. (...)
Madeleine murió en la mañana del 24 de junio de 1942, dia de San Juan, en el inmenso calor que se alzaba sobre Marsac

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