L'autor, en Jonathan Powell, és un diplomàtic britànic que ha participat de manera activa en diferents mediacions amb grups dels que es coneixen com a terroristes.
Aquest és un llibre farcit d'exemples, valuosos tant pel que recullen com pel que ens porta a reflexionar.
Parlem del sentit etimològic de la paraula terrorista:
Aunque existiera una definición consensuada, la
palabra “terrorista” no nos serviría para definir a un grupo. El terror es un
instrumento empleado por los gobiernos para insuflar miedo en casa o proteger a
los enemigos de sus enemigos en el extranjero, y por los grupos insurgentes y separatista
a fin de recabar la atención cuando se sienten ignorados o no ven clara una
ruta política para conseguir sus objetivos, o incluso para amedrentar a un
gobierno para que ceda ante las demandas de una minoría.
(...)
En este libro, cuando hablo de “terroristas” me
refiero a grupos armados no estatales que gozan de cierto apoyo político y que
usan deliberadamente la táctica del terror tanto para atacar a la sociedad
civil como a los militares con el fin de ganar terreno en sus objetivos
políticos.
Com segurament tothom pot suposar, en Jonathan defensa que sempre es parli amb terroristes:
El problema no es hablar con terroristas sino
ceder ante ellos. Están hechos de otra pasta.
(...)
Sin duda es cierto que las bandas armadas, con sus
ansias de legitimarse y conseguir publicidad, acceden a dialogar con los
gobiernos (…) Conceder legitimidad temporal a bandas armadas no tendría por qué
ser un peaje demasiado caro que pagar en un proceso de paz, y se ha demostrado
que suele ser una situación totalmente temporal siempre que las negociaciones
se interrumpen, especialmente cuando la responsabilidad de dicha quiebra se
atribuye a los terroristas.
I un cop s'han iniciat les converses i/o negociacions:
Una vez se han iniciado las conversaciones, no es
fácil para el gobierno retirarse sin parecer poco razonable, y normalmente no
tiene más remedio que proseguir hasta que la banda armada corta el contacto.
(...)
Los gobiernos deben ser especialmente cautelosos y
no generar incentivos perversos que aumenten la violencia en lugar de atajarla.
(...)
El terrorismo no es estable: rechazar el diálogo
podría dar pie a los extremistas a pensar que los métodos de la no violencia no
tienen futuro.
(...)
En una democracia no se puede matar a todos los
terroristas, así que tarde o temprano se debe dialogar con ellos.
A què es refereixen quan parlen d'establir contactes?:
Las primeras conversaciones entre líderes de
grupos insurgentes y representantes del gobierno ocurren a menudo en la cárcel
porque es el único lugar seguro donde el gobierno tiene la certeza de poder
ubicarlos.
(...)
Si es complicado establecer contacto con el líder
de una banda armada, un gobierno puede recurrir a un intermediario para
realizar el primer contacto.
(...)
Las primeras reuniones, por supuesto, son más
intensas si se producen entre personas que han estado inmersas en un conflicto
directo entre ellas, especialmente si ambos bandos están dispuestos por lo
menos a perdonar (o incluso olvidar).
I, a partir d'aquests primers contactes, l'ideal és que es comenci a establir un canal de comunicacions:
Aun cuando una banda armada decida firmemente que
su deseo es negociar, suele ocurrir que los subsiguientes intentos redunden en
fracaso a la hora de escoger el canal para hacerlo, y solo con el tiempo se
encuentra la vía adecuada.
(...)
La logística de mantener un canal con una banda
armada clandestina es extenuante, complicada y a veces hay que saltarse las
normas, aunque también signifique una muestra de confianza.
(...)
En parte, el establecimiento de un canal tiene una
misión pedagógica. Las bandas armadas clandestinas tienen por costumbre vivir
largos periodos de tiempo en guetos, bien sean reales o metafóricos.
Sembla fàcil establir quins són els objectius de qualsevol govern amb els grups armats, tot i això la relació entre governs i terroristes sempre resultarà difícil i complicada. I aquí el paper dels negociadors resulta especialment delicat:
El objetivo de un gobierno en la fase inicial de
los contactos privados es, a menudo, el de persuadir a una banda armada para
que declare el alto el fuego a fin de facilitar el inicio de las conversaciones
públicas.
(...)
Un proceso de paz puede verse frustrado cuando sus
líderes desvían su atención hacia objetivos electorales.
(...)
Paradójicamente negociar la paz es a veces más
fácil para los partidos extremos que para los posicionados en el centro porque
nadie puede rebasar sus tácticas, ni atacarlos por haber hecho concesiones.
El paper del que es coneix com a "Terceres parts":
La ONU se creó, en parte, para desempeñar un papel
mediador, aunque durante gran parte de la guerra fría fue difícil cumplirlo.
(...)
Una gran mayoría de las bandas no espera que se
esté de acuerdo, porque ese no es el rol del mediador. Lo que simplemente
desean es que se les escuche atentamente y se les trate con imparcialidad.
(...)
El papel fundamental de un mediador es actuar de
árbitro.
Només quatre apunts bàsics de la tasca i el tarannà dels negociadors:
Entablar conversaciones con terroristas puede ser
siempre deseable pero el momento adecuado para empezar a negociar es harina de
otro costal.
(...)
Es evidente que los factores externos influyen,
aunque no sean determinantes. Lo que realmente posibilita una negociación son
los acuerdos internos, en especial la obstrucción militar.
(...)
En muchas democracias el alto el fuego es
prerrequisito antes de poder dar luz verde a las negociaciones. (…) No
obstante, aunque no se reúnan las condiciones, a veces se debe empezar a
negociar para intentar cambiar la situación.
(...)
Es muy importante recordar que cuando empieza una
negociación, el proceso durará más tiempo de lo previsto.
(...)
Tanto el gobierno como la banda armada deben
comprender que no pueden elegir la delegación de la otra parte.
(...)
Negociar es un arte y solo se alcanzará un acuerdo
cuando ambas partes comprendan este extremo.
En conclusió:
Cada negociación es distinta y todas tienen lugar
entre seres humanos, célebres por sus reacciones impredecibles. (…) Aun así,
las negociaciones con terroristas, como cualquier negociación diplomática,
requiere una estructura.
(...)
Entender lo que quiere la otra parte no es lo
mismo que llegar a un acuerdo con ella, pero puede ayudar a dar con soluciones
aceptables para todos.
(...)
El respeto no significa simpatizar con los
objetivos de los terroristas, ni siquiera reconocer su legitimidad. (…), pero
sí significa entender de dónde viene el terrorista, tanto mental como
vivencialmente.
És evident que totes les consideracions esmentades, i d'altres que he obviat per no fer aquest escrit massa extens, no garanteixen l'èxit de les negociacions:
Los mediadores pueden verse tentados de tratar de
cerrar una negociación “sin más”, es decir: exponiendo sencillamente lo que
consideran que es un resultado razonable y solicitando a ambas partes que lo
acepten.
(...)
El punto de no retorno en un proceso de paz suele
darse cuando los líderes del grupo armado entienden por fin que la violencia
constituye un impedimento para lograr sus objetivos, no un medio de
conseguirlos.
(...)
Para que un acuerdo prevalezca, ambas partes deben
contar con el apoyo de su electorado en las negociaciones.
(...)
En ocasiones se proclama el final cuando uno menos
lo espera.
He dubtat abans d'incorporar el punt que segueix i que l'autor ha definit com "El futur". Per poc que ens informem, a diari qualsevol mitjà de comunicació pràcticament obrirà les emissions amb les notícies de bombardeigs, massacres i atemptats en qualsevol part del planeta.
Així les coses, sembla que el futur que sens planteja és desolador i irremeiablement violent i destructiu.
Veiem com l'aborda l'autor:
Los suicidas (hombres bomba y secuestradores) son
terroristas absolutos y, por ello, están más allá de la negociación. (…) Pero
hasta que no hayamos intentado hablar con ellos, ¿cómo demonios vamos a saber
si estos grupos únicamente buscan la destrucción sin motivo o si están
dispuestos a negociar?
(...)
El sentido de hablar con ellos es intentar
convencerlos de que moderen sus exigencias para que abandonen sus
reivindicaciones iniciales y acepten una alternativa que pueda satisfacer sus
intereses. (…) Es preciso establecer contactos con ellos para obligarlos a
reflexionar sobre lo que quieren realmente y lo que es realmente posible.
(...)
La tesis de este libro, basada en la experiencia
histórica, es que, para conseguir detener a los hombres armados, los artefactos
explosivos caseros y las armas químicas, al final tendremos que hablar con
ellos. (…) Los académicos pasan mucho tiempo debatiendo sobre si no deberíamos
hablar nunca con terroristas o si siempre deberíamos hacerlo, y la mayoría de
las veces acaban por no definirse.
La Roca del Vallès: Ruta Megalítica Febrer 2020 |
Acabo amb una reflexió de l'autor que ens ha acompanyat. Al llibre s'ha inclòs com a preàmbul, però m'ha semblat que podria ser un bon resum del què suposa la complexa tasca de dialogar amb terroristes:
Finalmente, todos sabemos que el problema del terrorismo ha venido para quedarse. (…) Nunca será fácil tratar con el terrorismo y no pretendo que este libro sea la panacea para evitar o acabar con los conflictos armados.
Dialogar con terroristas
Jonathan Powell
Traducción Hará Kraan
404 páginas
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