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Barcelona amb la COVID 11 de juny del 2020 |
Tinc per costum a mesura que vaig llegint, desar les notes i les reflexions que em van sorgint per anar-les publicant. Reconec que no sóc especialment eficient i que sovint se m'acumulen esborranys.
Aquest cop, vull parlar d'un petit llibre que tot just he acabat de llegir. És molt breu i tracta d'un tema que encara ens ocupa i, fins i tot d'alguna manera ens preocupa, com és la COVID-19.
Cal tenir en compte que es va publicar el 2020 quan encara faltava molt per veure el final (potser ni ara mateix el veiem) de la pandèmia:
Este pequeño libro (un largo ensayo, en realidad) no es una predicción sobre la forma que va a tener el mundo después de la COVID-19, ni tampoco es un manifiesto sobre cómo tendría que ser. Su única ambición es la de analizar la calamidad de la COVID-19 como un fenómeno novedoso.
Per poc que freqüenteu les biblioteques o us atureu als aparadors de qualsevol llibreria, haureu comprovat que han proliferat els llibres que parlen de la Pandèmia, i aquest que ara comento n'és un, i si m'ha cridat especialment l'atenció ha estat pel subtítol "Cómo la pandemia cambiará el mundo"
Caram, sembla interessant. Tot i que no conec l'autor, en Ivan Krastev del qual he esbrinat que és politòleg i analista internacional, l'he llegit amb molt d'interès.
Aquí deixo ja les meves reflexions i només adjunto un recull del contingut que lamento serà massa extens, però que no he trobat la manera de reduir-lo:
Una sociedad en cuarentena es
literalmente “una sociedad cerrada” La gente deja de trabajar, de reunirse con
amigos y parientes o de ir en coche y pone su vida en suspenso.
(...)
La historia de las guerras es
la historia de la gente corriente demostrando un extraordinario valor al
sacrificio para salvar a los demás. (…) Pero no hay nada heroico en ser
solidario durante una epidemia.
(…)
La lucha mundial contra la COVID-19 no es una
batalla a vida o muerte.
Però, per què afirma que el món canviarà a raó de la pandèmia?
El mundo se va a transformar no porque nuestras
sociedades quieran cambiar ni porque exista un consenso sobre la dirección del
cambio, sino porque ya no podremos volver atrás.
(...)
Aunque la gente esté ansiosa por regresar a la
normalidad, descubrirá que es imposible hacerlo. Hay algo perturbador en el
mundo de ayer. La diferencia entre el pasado y el presente es que nunca podemos
conocer el futuro del presente, pero ya hemos vivido el futuro del pasado. Y
conocemos el futuro de nuestro pasado; es esta pandemia de COVID-19 que
sufrimos hoy.
(...)
Todos los países que han combatido con eficacia la
COVID-19 tienen altos niveles de confianza social en sus instituciones.
(...)
Al bautizar al virus como “enemigo invisible” y
aplicar el tipo de vigilancia que antes se empleaba para detectar a los
terroristas con el objetivo de rastrear la propagación de la enfermedad, los
gobiernos han hecho creer a la población que el coronavirus es una nueva forma
de terrorismo.
I continua:
Los compatriotas que han regresado de zonas
infectadas por coronavirus han sido tan mal recibidos como cualquier
extranjero, y los gobiernos han dejado claro que durante la pandemia solo se
responsabilizarán de aquellos ciudadanos que hayan decidido permanecer en el
interior de sus ciudades.
(...)
Las personas se han mostrado dispuestas a aceptar
importantes restricciones de sus derechos, pero no toleran que los gobiernos no
estén preparados para entrar en acción.
(...)
Las epidemias infectan de miedo a la sociedad. Puede
que saquen lo mejor de las personas, pero también sacan lo peor de los
gobiernos.
(...)
“El miedo supera en intensidad al resto de los
desórdenes”, señaló el pensador y humanista francés del siglo XVI Michel de
Montaigne. El miedo conduce a los populistas al poder.
I quelcom que potser en el seu moment podria semblar una profecia agosarada, però que a hores d'ara potser ens pot fer reflexionar:
Cuando la fase más grave de la crisis actual haya
acabado y la gente deje de temer por su vida, regresará el enfado y
probablemente vuelvan a prosperar los políticos populistas como Marine Le Pen o
Matteo Salvini. (…) Cuanto más crecen los índices de popularidad de
Macron y Conte, más disminuye el apoyo a sus opositores. Más que buscar a
alguien que manifieste su frustración, la gente temerosa busca a
alguien que la proteja y tenga los conocimientos apropiados.
Alerta amb el control presumptament consentit i fins i tot demanat:
En épocas de crisis, suele reaparecer la idea del
panóptico. El surgimiento de una vigilancia de la salud pública impuesta por el
Estado que tantos temen como un resultado involuntario de la pandemia del
COVID-19.
(...)
La diferencia es que, mientras que en el panóptico
original se pedía a la gente que se desnudara frente al Estado a cambio de
protección, en la versión actual es este quien promete utilizar la vigilancia
de la salud pública para proteger a las personas de sí mismas.
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Barcelona amb la COVID 11 de juny del 2020 |
I fins aquí. Ho deixo amb un apunt de les conclusions que el mateix autor aporta:
La gran paradoja de la COVID-19 es que, al cerrar las fronteras entre los estados miembros de la Unión Europea y al encerrar a la gente en sus apartamentos, nos hemos vuelto más cosmopolitas que nunca. Por primera vez en la historia, las personas del mundo entero han tenido la misma conversación y compartido los mismos miedos.
¿Ya es mañana?
Cómo la pandemia
cambiará el mundo
Ivan Krastev
Traducción de Carmen M. Cáceres y Andrés Barba
106 pàgines
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