dissabte, 8 d’abril del 2023

Si puede, no vaya al médico


Ja em disculpareu, però començo aquesta entrada parlant de mi. 
Sempre m'he sentit saludablement afortunada, he gaudit i gaudeixo del que considero una bona salut, segurament hi té molt a veure la dieta que, com gairebé tothom de la meva edat, que vam néixer en temps de postguerra en el sí d'una família humil, va haver de seguir de manera forçosa. I no em vull descuidar de les cullerades d'oli de fetge de bacallà, un reconstituent que, encara que sembli mentida, a mi m'agradava.
Bé, tot aquest preàmbul és per parlar-vos d'un llibre una mica contradictori en alguna de les seves afirmacions, però que en general, m'ha semblat prou interessant com per a reflexionar.
En faré un recull, que per força haurà de ser una mica extens donada la característica del llibre:

El siglo XXI vive de espaldas a la muerte y paga un alto precio por ello. 
Una afirmació que podem trobar al començament i que considero una mica inexacta. No només al segle XXI, es viu d'esquena a la mort. Penso que tot i les èpoques més dures de la humanitat, en què realment l'esperança de vida era molt curta, això no volia pas dir que es reflexionés massa en la certesa de la mort.

Bé, deixo les interferències i passo a recollir alguns dels punts que m'han semblat més significatius, tot i afegir, que res com llegir el llibre.

Ens diu l'autor que:
Este libro pretende interpretar la medicina de hoy desde la perspectiva cultural que acabamos de trazar. Defiende, por tanto, que la medicina no debe considerarse una ciencia aislada sino un ingrediente cultural esencial que se inscribe dentro de unas coordenadas sociológicas concretas: consumismo hedonista, desinterés por el sentido de la vida (y del mundo en general), comercialización del miedo a enfermar, exclusión de la muerta de la ecuación de la existencia y culto a la tecnología globalizada como instrumento salvífico. 
(...)
Este libro está escrito con la intención de que llegue a todos aquellos que estén interesados por su salud y por el devenir de la sanidad dentro del crítico contexto cultural en el que se halla la civilización occidental. 

No he pogut evitar recordar la polèmica amb les vacunes de la COVID:
Las vacunas han hecho posible la práctica desaparición de terribles enfermedades que acabaron con las vidas de millones de seres humanos como la poliomielitis, el tétanos, la viruela o la difteria. Junto con los modernos hábitos de limpieza corporal y de higiene doméstica. 

El problema són els abusos que massa cops se solen fer:
El descubrimiento de los antibióticos tuvo mucho que ver con el aumento de la esperanza de vida en el siglo XX.
(...)
Hoy son poco frecuentes las muertes por meningitis, peritonitis, tuberculosis, neumonías o infecciones urinarias.

No hi ha cap dubte que la ciència, com tot, també té limitacions:
La tecnodependencia es un sello característico de la cultura actual. (…) No hay duda que la digitalización de las historias clínicas, los análisis, los informes varios y las imágenes radiológicas ha supuesto un avance en el proceso de eliminar el papel y facilitar el acceso al hospital de los pacientes
 (...)
El cirujano puede ser muy hábil, pero sin una cabeza pensante cometerá errores. (…) Hay muchos más cirujanos técnicos que cirujanos que piensen bien, y eso es porque no estudian, han quemado de manera simbólica los libros. 

En aquest punt no hi puc estar d'acord, potser perquè vaig patir la mort massa prematura de la mare a causa de la metàstasi d'un càncer de mama cap al fetge. Potser, només potser, si haguessin fet controls puntuals, s'hauria pogut salvar:
El cribado del cáncer de mama morirá poco a poco. Ya se han publicado recomendaciones conservadoras.
(...)
Que la hipocondría social es una gran oportunidad de negocio está fuera de toda duda. Negocio para la industria que provee de maquinaria y reactivos para los análisis, para los centros de chequeos, en especial para aquellos que se han hecho con las revisiones de altos cargos directivos de empresas potentes, y negocio y puestos de trabajo para el personal sanitario dedicado a este tipo de actividades. 

Una alerta vers la proliferació de "visitadors mèdics":
Hace unos años se supuso ingenuamente que la época de los visitadores médicos pasaría y que estos desaparecerían de manera progresiva de los hospitales y centros de atención primaria. (…) La agresividad industrial parece haber crecido de manera paralela a la pereza de los médicos por informarse a través de fuentes más fiables que un representante.

Un seguit de temes que em semblen especialment preocupants:
Hoy día, los congresos son ante todo una industria que implica a un gran número de actores.
(...)
No, en medicina hay que innovar con prudencia, porque lo que está en juego es la vida de las personas y, desafortunadamente, la innovación asilvestrada en este terreno ha implicado un nuevo tipo de aventurismo técnico.
(...)
El principio de precaución es hoy más necesario que nunca, pues los cirujanos innovadores a menudo ocultan sus complicaciones posoperatorias. 
(...)
Crece la preocupación por la cantidad de exploraciones y tratamientos, tanto médicos como quirúrgicos, innecesarios e inútiles que se producen como consecuencia de la presión industrial, la hipocondría social, los cribados del cáncer, el exceso de médicos, la medicina biométrica, la gratuidad de los servicios, el afán de lucro y la conveniencia política. 
(...)
Deseamos que se nos atienda y se nos cure con todo lo que haga falta cuando enfermamos como consecuencia de nuestros estilos de vida, pero no asumimos que los principales responsables de cuidar nuestra salud somos nosotros mismos y no los médicos. El cuidado de sí mismo constituye el primer  nivel para una buena salud, no el sistema sanitario, que está ahí pero lejos, para cuando las cosas se ponen mal de verdad. 

I un punt sempre d'actualitat: Sanitat Pública/Sanitat Privada?
En realidad, la sanidad pública no es gratuita, sino que la sufragamos entre todos.
(...)
A pesar de los argumentos esgrimidos a favor de la sanidad pública, su futuro es incierto. (…) Para mejorar su funcionamiento y asegurar su futuro, deben introducirse cambios estructurales orientados a la calidad y la eficiencia, y profesionalizar la gestión sanitaria.
(...)
La medicina pública es ruinosa en términos estrictamente empresariales. 
(...)
Seamos claros: cuando enferman, los directivos y los cargos políticos son los primeros en averiguar en quién deben confiar y no necesariamente se hacen tratar en el hospital donde trabajan. 
(...)
El mayor inconveniente que le encuentra cualquier ciudadano a la medicina privada es el coste: por moderado que sea, supone siempre un esfuerzo para la economía familiar. 

 

I acabo, no sense insistir en recomanar-vos la lectura:
¿Un sistema sostenible?
El mundo que nos acoge no se nos ha dado en propiedad, por lo que debemos tratarlo con cuidado y, cuando nos llegue el momento de partir, dejarlo tan bien como lo encontramos o mejor. 

Los ciudadanos hemos de poder decidir el futuro que deseamos para nuestra salud. ¿Cuánto querremos aferrarnos a una vida inútil que ocupa espacio, recursos y tiempo? ¿Abusaremos del préstamo solidario del que estamos disfrutando? ¿Cuánto vamos a dilapidar de la herencia que recibimos de las generaciones que nos precedieron en detrimento de las que nos han de suceder? 


 Si puede no vaya al médico
Antonio Sitges-Serra
Prólogo de Manuel Cruz
318 páginas

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