diumenge, 11 de novembre del 2018

Una mosca...



Memòries de'n Charles Simic que a més de situar-nos en episodis de la seva vida com a refugiat, de molta i trista actualitat a hores d'ara, també ens indica les claus per les quals es va dedicar a la poesia i llur manera de confegir-la:

A estas alturas de siglo la historia de mi vida no parece tener nada de particular. (…) Sobre todo si se tiene en cuenta que lo que me sucedió a mí hace cincuenta años sigue ocurriendo en la actualidad en Ruanda, en Bosnia, en Afganistán, en Kosovo, entre los kurdos, humillados hasta la saciedad, y en muchos otros lugares. En 1945 nos llamaban “personas desplazadas”, y eso era precisamente lo que éramos
(...)
Hasta los romanos lo sabían. Tener un hijo poeta es una mala noticia. Tomé precauciones. Me fui de casa a los dieciocho años.

Un dels trets que més m'ha copsat d'aquesta lectura és la senzillesa amb que narra fets que a mi em resulten molt durs:

Desde niño comprendí que humillar a los débiles provoca una sensación muy placentera. El ideal de los burócratas es el Estado policial.
(...)
Comprobar que en Chicago también había pobres fue muy tranquilizador. En algunos barrios las calles estaban cubiertas de basura y la gente tendía la colada en las escaleras de incendios. En las esquinas había viejos que se tambaleaban y bebían de una bolsa de papel marrón. Los niños se peleaban a puñetazos en el patio del colegio. Se veían muchos mendigos. (…) En los años cincuenta Chicago era todavía una ciudad industrial. La fealdad y la miseria de la ciudad recordaban a los barrios de Moscú y San Petersburgo que describía Dostoievski.

Dedica una bona part del llibre a parlar de la seva etapa del que ell anomena "aventures de guerra":

En realidad, mis aventuras de guerra comenzaron el día que los rusos liberaron Belgrado. 
(...)
Cuando nos detuvieron en la frontera llevaba pantalones cortos. Se me llenaron las piernas de arañazos de arrastrarme por aquellos bosques espesos durante toda la noche.  (…) Las bombas que caían del cielo azul, las ciudades llenas de humo, los cadáveres dispersos o amontonados por todas partes…
(...)
Es sorprendente lo rápido que se convierte uno en un esclavo obediente en el ejército o en una empresa grande. 
(...)
Después de seis semanas en el ejército era difícil recordar que había tenido una vida anterior a aquella. Cuando pensaba que antes yo mismo decidía a qué hora me acostaba y me despertaba me parecía inverosímil

Durant un temps va dubtar entre dedicar-se a la pintura o a la poesia. Finalment va guanyar aquest segona opció i ens dona les raons:

Mi infancia es una película en blanco y negro. (…) Escribir ayuda a recordar. La lógica de la cronología obliga a pensar en lo que viene después. Pero también entra en juego la lógica de la imaginación. Una imagen genera otra que no tiene nada que ver con ella –o que, quizá, tiene mucho que ver, aunque no lo parezca. 
(...)
Esta necesidad de leer me ha acompañado el resto de mi vida. Sigo leyendo toda clase de libros y no hay ningún tema que escape a mi interés. 
(...)
Lo cierto es que empecé a escribir para impresionar a mis amigos, pero después, en el proceso de escritura, descubrí una parte de mí mismo, una imaginación y una necesidad de articular determinados sentimientos que fui incapaz de olvidar.

Com ha succeït amb altres escriptors i poetes, no sempre tota la producció ha transcendit i no podrem saber si realment era o no digna de conservar-se, però el mateix autor va prendre en el seu moment la decisió de desfer-se'n i haurem d'acceptar els seus motius:

He tirado a la basura cientos de poemas a lo largo de mi vida, cuatro capítulos de una novela, el primer acto de una obra de teatro y unas cincuenta páginas de un libro sobre Joseph Cornell. Escribir poesía es el mayor de los placeres, pero también lo es hacer borrón y cuenta nueva. 
(...)
Todas las artes tienen que ver con el callejón sin salida en el que nos encontramos. (…) Todo poema es un acto de desesperación o, si lo prefiere, una tirada de dados.  (…) El poeta se sienta ante el papel en blanco con la necesidad de decir muchas cosas en el espacio limitado del poema. (…) Los poemas son instantáneas de otras personas en las que nos reconocemos a nosotros mismos. (…) Hay una verdad que se percibe con los ojos abiertos y otra a la que se accede con los ojos cerrados, y a veces estas dos verdades no se reconocen cuando se cruzan por la calle. 

Aquest llibre fa força temps que el vaig llegir i de manera un tant incomprensible l'he tingut mig oblidat fins que avui, repassat antics esborranys m'he decidit a compartir les impressions que en el seu moment em va causar.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada