Ja fa un temps, en una entrada compartida on parlava de Funcionaris civils, vaig comentar Bartleby, l'escrivent, una novel·la deliciosa d'en Herman Melville.
Aquest cop el tema va molt més enllà i ens comenta tot un seguit de Bartleby. Una relació força curiosa, si més no per mi.
Segons afirma el seu autor:
Todos conocemos a los bartlebys, son esos seres en
los que habita una profunda negación del mundo
(...)
Ser copista, además, es tener el honor de
pertenecer a la constelación Bartleby.
(…)
En realidad la enfermedad, el síndrome de
Bartleby, viene de lejos. Hoy es un mal endémico de las literaturas
contemporáneas esta pulsión negativa o atracción por la nada que hace que
ciertos autores literarios no lleguen, en apariencia, a serlo nunca.
(...)
Se cuenta que, en Alejandría, el sabio Ptolomeo
llegó a concebir una carta a “todos los soberanos y gobernantes de la Tierra”
en la que pensaba pedir que “no dudasen en enviarle” las obras de cualquier
género de autores, “poetas o prosistas, rétores o sofistas, médicos y adivinos,
historiadores y todos los demás”.
I avança el què ha pretès en escriure el llibre:
En este libro no va a haber mucho espacio para
bartlebys suicidas, no me interesan demasiado, pues pienso que en la muerte por
propia mano faltan los matices, las sutiles invenciones de otros artistas.
(...)
La negación, la renuncia, el mutismo, son lagunas
de las formas extremas bajo las cuales se presentó el malestar de la cultura.
Pero la forma extrema por excelencia fue la que
llegó con la Segunda Guerra Mundial, cuando el lenguaje quedó encima mutilado.
Haig de confessar que m'ha semblat una lectura que, sense ser massa interesant, sí que m'ha resultat curiosa i entretinguda. Tampoc cal que cada llibre que llegim hagi de ser transcendent i espès, no us sembla?
He deixat un punt a part conscientment, per referir-me a un NO notable i profundament romàntic, el de Juan Ramón Jiménez, brillant premi Nobel; aquest cop empès per la desesperació en perdre Zenobia, l’esposa estimada:
Una inolvidable frase de Juan Ramón -no se cuando
la dijo, pero lo que es seguro es que la dijo- para la historia del NO. “Mi
mejor obra es el arrepentimiento de mi obra”.
Parc de Catalunya Sabadell, 2015 |
Hay quien ha dejado de escribir para siempre al creerse inmortal.
Està clar que també entre els Bartleby hi ha persones pretensioses.
Bartleby y compañía
Enrique Vila-Matas
196 páginas
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