De nou una excel·lent novel·la d'Enrique de Hériz; aquest cop ens parla del procés d'anar pendent la vista fins a arribar a la ceguesa total, i ho exemplifica amb un mag com a protagonista,
El relat és llarg i minuciós, jo, com de costum, tractaré de ser breu, per la qual cosa vol dir que hauré de resumir força el contingut.
I no em distrec més. Observareu que el relat gairebé comença pel final, en el moment en què a Víctor, el mag, li reten un homenatge i ell, tot rememorant la seva vida, comença a patir els primers símptomes del que serà la seva ceguesa:
Todo empezó aquí. (…) Ocurrió en esta escalera,
quien sabe si incluso era este mismo el escalón en que entonces se quedó
paralizado, atento a los murmullos que arriba, detrás de la puerta, emitía el
maestro sin saber que él lo estaba oyendo.
Fa un grapat d'anys, va rebre unes valuoses classes d'en Galván, que portava gairebé quaranta anys de dedicació i es considerava un mag "dels d'abans":
Los magos no hacemos trucos -contestó Galván
malhumorado. Los
payasos, sí. Los trileros. Los magos hacemos magia.
(...)
Porque nos dedicamos a esto, ¿entiendes? A oír que
no puede ser y a lograr que sea. Y ahora vamos a ver si tú sirves para eso.
Però, el que més m'ha subjugat de tota la història, ha estat la descripció del procés que acabarà amb la total ceguesa:
Manchita, picorcillo, lunita. Los diminutivos no
logran restar importancia al asunto. Víctor interpreta a partir de ese momento
todas las acciones del neurólogo como prueba palpable de que su cerebro alberga
un cuerpo extraño, vivo y letal, un enemigo agazapado.
I comencen les proves que comencen amb una Ressonància Magnètica:
Cuando le preguntan si tiene claustrofobia,
responde que no, de inmediato. (…) Le han obligado a desprenderse de cualquier
objeto metálico, incluidas las gafas, de modo que no alcanza a ver con claridad
el aparato que poco a poco lo va engullendo.
(...)
El nervio óptico se ha atrofiado y ya no puede
cumplir su función. El ojo está perfecto. Y la zona del cerebro que procesa la
información visual, también.
(…)
Es una mutación mitocondrial, ya se lo he dicho.
Se hereda de la madre y se puede desarrollar en cualquier momento entre los
diez y los setenta años.
Ja té el diagnòstic. Ara arriba el moment d'afrontar-lo
Orden. Tiene muchas cosas que hacer y no sabe de cuánto tiempo dispone antes de que la ceguera oscurezca del todo sus días.
(...)
¿Puede imaginarse llevando con dignidad esa vida
pequeña? Sí. Puede, mal que le pese. Y debe. Conoce cada milímetro de su casa
como la palma de la mano.
(…)
Qué más. El mundo. Pequeño, Víctor. Piensa en lo
pequeño. El barrio, en todo caso, o menos: la manzana. ¿Sabría dar la vuela a
la manzana con los ojos cerrados? Probablemente no, pero puede prepararse para
ello. Para ser un ciego de puta madre.
Arribat a aquest punt decideix enclaustrar-se a casa, mentre manté una minsa relació telefònica amb l'exterior per efectuar les compres de pura supervivència en les qüestions del menjar:
Tot el què és neteja i manteniment resta totalment oblidat:
Comer, vestirse, dormir un mínimo de higiene. No
puede ser que no necesite nada más. (…) No es momento de pensar en el pasado.
(...)
Puedes sobrevivir a eso sin más escudo que tu
piel, pero nada te va a proteger del tropezón con el pasado. Guárdalo todo.
I va passant el temps i ell s'entossudeix a seguir tancat a casa, sense demanar ajuda. Sortosament el seu antic tutor, Galván, decidirà intervenir, posant-se en contacte amb la ONCE:
Sólo conecta el teléfono un rato los lunes por la
mañana para recibir la llamada del supermercado. No tiene con quien hablar. (…)
Por eso, hacia las siete de la tarde, cuando suena el primer timbrazo, Víctor
de un respingo y se maldice a sí mismo por haberse olvidado de desconectarlo
esta mañana.
(…)
La mujer se presenta: Alicia. Solo Alicia, sin
apellido. Dice llamar de la ONCE.
(...)
Es el primer caso que lleva con plena
responsabilidad. (…) Antes de formarse en la ONCE estudió Psicología.
(...)
Alicia no sabe
qué anotar en su cuaderno. Su misión es ayudar a resolver las necesidades de
este hombre con su vida oscura, su casa oscura, su voz oscura y su piel clara. (…)
Ella esperaba una aldea arrasada por las necesidades y se ha encontrado una
fortaleza sitiada por la desolación.
I després de superar innombrables dificultats, arriba el moment d'obligar-lo a afrontar la realitat per dura que sigui, i mentre la relació amb l'Alícia acabarà anant més enllà que la de formadora-pacient, també la que manté amb la Irina, que un bon dia va contractar per telèfon, anirà un xic més enllà que la de prostituta-client:
Tu casa no es la casa de un ciego, Víctor. O peor,
es la casa típica del ciego que no acepta serlo.
(...)
Felicidades: comer, vestirte, follar. Has
solucionado todas tus necesidades. Ahora sí que no entiendo para qué saliste a
la calle, si lo tienes todo aquí. Sólo falta que Irina te afeite de vez en
cuando. Acuérdate de pedirle que te corte las uñas de los pies.
(...)
Obligarlo a salir a la calle parece un castigo, pero Alicia no lo ha decidió con ánimo de venganza. Al contrario, pretende mostrarle la cara opuesta de su maldad.
Ja he avançat que en aquesta entrada em deixaria moltes coses pel camí. Serà aquest el final?
¿Siempre queda algo para mañana?
(…)
No, Víctor. Llega un día en que se acaba.
Y ya falta poco para ese día. (…) Llegar a la meta será un triunfo, pero es triste imaginarla. Para los dos.
Manual de la oscuridad
Enrique de Hériz
566 páginas
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