La novel·la fa referència al barri de La Barceloneta, però penso que es pot aplicar a qualsevol barriada i ho dic perquè en molts aspectes m'ha recordat el barri on vaig viure fins els vint-i-un anys al Carrer del Carme de Barcelona, només a dues cantonades del que es coneixia com a "Barrio Chino".
No puc evitar el fer esment sovint al llarg d'aquesta entrada. Només començar, per exemple, quan l'autor diu:
La Barceloneta es marginal porque es margen, nació
extramuros de Barcelona y nunca le ha pertenecido. Hay murallas que no pueden
derribar las piquetas.
L'autor parla de la seva infantesa. En el meu cas, faltaven molts anys i molts canvis, perquè la platja arribés a ser dels barcelonins, però també els "nostres" carrers, les places, les fonts on anàvem a omplir els càntirs, ens semblaven infinits, i encara que pugui semblar irònic, segurs i confortables:
Cuando eres niño corres por una playa infinita,
El protagonista, després d'una llarga absència, torna al seu barri. A mi em va costar anys tornar, només a passar, pels carrers de la meva infantesa i adolescència:
Trato de penetrar en las calles pero las calles me
rechazan. (…) Reboto entre las aceras del barrio, soy una polilla topando
contra un cristal.
(...)
He regresado a la Barceloneta pero aún no he
vuelto.
A partir d'aquest punt la història pren un caire entre irreal i fantàstic, en les seves llargues converses amb González, un amic d'infantesa que ha retrobat de manera casual, però no serà fins el final que descobrirem el perquè d'aquesta percepció que, naturalment no desvetllaré:
Suspiro con impaciencia, nunca he podido soportar
bien el silencio. Por eso a veces hablo de más, para tapar los silencios,
aunque sea a pegotes.
(…)
He aceptado la propuesta de González de quedarme
en su casa. (…) Dispongo de una habitación decente, un lavabo y una cocina
cuadrada con una mesa, no necesito más.
(...)
Así son las cosas con González. Yo le explico mi
vida y él me la devuelve desde un ángulo esquinado.
Recordant els seus orígens...:
Este nunca fue un sitio de ricos, pero el ingenio
hizo que jamás se pasará hambre, ni en la posguerra que dejó España en los
huesos.
(...)
Y la Barceloneta es un barrio que tiene mala fama
en la ciudad y se la ha ganado, porque entre pescadores y trabajadores también
se filtra gente peligrosa.
(...)
Aquí, cuando la autoridad pregunta, nadie sabe
nada, nadie ha visto nada, nadie ha oído nada. A una comisaria solo se entra
para hacerse el carnet de identidad. (Molt semblant al què passava al carrer
del Carme)
El pretext per tornar al barri és que busca un antic amic amb el que ha mantingut una certa relació epistolar i amb el què espera retrobar-se:
Busco
por el barrio, pero con escasa convicción
(...)
Hay un verano en que desaparecen los profesores
del bigotito estrecho y la mala leche ancha. En septiembre aparecen unos
maestros jóvenes, barbudos, melenudos y con camisas tejanas.
(...)
Por la mañana tengo resaca de recuerdos.
(...)
En la Barceloneta los pisos son minúsculos y
cuando hay que hacer la limpieza, las madres nos barren de casa. (Al carrer del Carme, també eren minúsculs i majoritàriament, atrotinats)
(...)
Nunca se explica lo que cada uno hace en su casa. (...) nunca se sube a las casas de los demás. (No
ho havia pensat mai, però la veritat és que tampoc al meu barri de Barcelona,
si més no entre els petits i els joves no es parlava mai de la situació de
casa, malgrat que sovint se sabia qui estava passant una època especialment complicada
o tenia algun tipus de problemes amb la policia)
En una de les habituals xerrades amb Gonzalez, aquest li demana:
-¿A qué teníais miedo?
-Pues no sé, a lo que todos, al futuro, a no ser
felices, a no gustar, a que nuestras vidas no fueran extraordinarias…
(...)
Solo tengo una certeza: me quiero ir lejos de
aquí, estoy harto de este barrio cutre, quiero escapar de esta mediocridad. (Quins records em porta!!!!)
Qui no recorda les Olimpíades i el que van suposar especialment per Barcelona i la relació amb el mar:
Barcelona pasó de vivir durante siglos de espaldas
al mar, o de culo, porque flotaban sobre la playa de la Barceloneta todos los
zurullos que bajaban desde la Bonanova y el Tibidabo, a apropiárselo.
(...)
Tras una loca carrera en esos años de demolición y
de construcción sin reparar en gastos, se llegó de manera rutilante al verano
de 1992 con el mundo rendido a los pies del milagro español, capaces de pasar
de la beatería cutre y rencorosa del franquismo a la dinámica socialdemocracia
capitalista.
(...)
Aquellos años después de las Olimpiadas se disparó
la fiebre del oro del turismo.(…) Querían que los cuatro locales de la playa
bajo el paseo Marítimo tuvieran una estática unificada como corresponde a una
ciudad elegante.
I amb la febre olímpica va restar la descoberta de Barcelona pel turisme internacional, no sempre ben rebut:
Camino por las calles. Camino tanto que me paso de
largo el barrio y su bullicio de chancletas.
(...)
Pronto será más rentable pasear turistas que
pescar. Pronto en lugar de pescar salmonetes se pescarán guiris. Pronto será
más rentable tener a jóvenes que hablen idiomas para atender a los turistas que
pescadores de oficio. Pronto los pescadores de oficio feos y afónicos perderán
su trabajo y se perderá el oficio. Unas chicas y unos chicos jóvenes, guapos y
sonrientes, repartirán folletos turísticos con ballenas dibujadas.
(...)
Lo poco que gastan no se queda en el barrio. El
turismo es una plaga de langostas, lo devoran todo.
(...)
La Barceloneta es el sitio más deseado de
Barcelona, un lugar de éxito: doscientos bares y ninguna librería.
I acabo amb dos records que també comparteixo:
Es habitual ver pasear por el Paseo de Colón a los
chicos de la Sexta Flota desde que Franco tuvo un problema de memoria y se
olvidó de que había sido amigo de Hitler y a los americanos les dio el mismo
vahído y se hicieron tan amigos que llenaron España de bases americanas y se
inventó una nueva bebida, el calimocho.
(...)
La heroína lo reventó todo al final de los
ochenta, dejó el barrio arrasado.
La playa infinita
Antonio Iturbe
353 páginas
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